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Financial Times destaca las 10 tendencias económicas que definirán el 2022

El mundo se está redibujando tras la pandemia, y este nuevo año podría estar marcado por más desaceleración de China y la "inflación verde" de los precios de los commodities, entre otros aspectos.

Por: Financial Times, traducido por María Gabriela Arteaga | Publicado: Lunes 3 de enero de 2022 a las 10:36 hrs.
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Ralentizada por la caída de bebés, el aumento de la deuda y la intromisión del gobierno, China representó una cuarta parte del crecimiento del PIB mundial en 2021. Foto: Reuters
Ralentizada por la caída de bebés, el aumento de la deuda y la intromisión del gobierno, China representó una cuarta parte del crecimiento del PIB mundial en 2021. Foto: Reuters

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Ruchir Sharma 

Por segundo año consecutivo, la pandemia ha remodelado el mundo, no cambiando todo, sino acelerando muchas cosas, desde el declive de la población hasta la revolución digital. Así es como estas tendencias podrían definir el año 2022.

1.- Descenso de la natalidad: las parejas tenían muchas oportunidades, pero aparentemente no tenían el deseo de llevar a los niños a un mundo en cuarentena. La disminución de las tasas de natalidad ha estado reduciendo el crecimiento económico mundial y cayó a un ritmo más rápido durante la pandemia, incluido un dramático descenso en China. A la larga, el declive infantil reducirá aún más la fuerza laboral mundial. Ya son 51 países los que tienen una población en edad de trabajar que se está reduciendo, frente a los 17 en 2000.

2.- Peak de China: ralentizada por la caída de bebés, el aumento de la deuda y la intromisión del gobierno, China representó una cuarta parte del crecimiento del PIB mundial en 2021, frente a un tercio de la pre-pandemia. El cambio cada vez más brusco de China desde el comercio a la "autosuficiencia" está suavizando sus vínculos con otras economías. Casi perfecta hace cinco años, la correlación entre el crecimiento del PIB en China y otros países emergentes apenas se registra ahora. China puede haber alcanzado su peak como motor de crecimiento.

3.- Trampa de la deuda: después de haber aumentado durante cuatro décadas, la deuda mundial creció aún más rápido durante la pandemia, impulsada por el endeudamiento de los gobiernos. Veinticinco países, incluidos Estados Unidos y China, tienen una deuda total superior a 300% del PIB, frente a ninguno a mediados de la década de 1990. El dinero impreso por los bancos centrales sigue inflando los mercados financieros y profundizando la trampa de la deuda. Está claro que a las sociedades adictas a la deuda les resulta difícil recortarlas por miedo a las quiebras y al contagio.

4.- No es la década de 1970: menos trabajadores, más gasto público y una deuda pública en aumento apuntan a una inflación más alta, pero posiblemente no a los niveles de dos dígitos de la década de 1970, como temen algunos expertos. El gasto gubernamental debería reducirse en 2022 y los cambios tecnológicos continuarán frenando los precios. El mayor riesgo son los precios de los activos. Los mercados financieros han crecido hasta cuatro veces el tamaño de la economía mundial, y cuando los mercados se hunden, a menudo sigue la deflación.

5.- "Greenflation": Es bien sabido que la lucha contra el calentamiento global está aumentando la demanda de metales verdes como el cobre y el aluminio; menos conocido es que la política verde está reduciendo el suministro de materias primas de todo tipo. La inversión en minas y campos petrolíferos ha caído drásticamente en los últimos cinco años. El resultado es una "inflación verde" en los precios de las materias primas, que acaba de ver su mayor aumento anual desde 1973.

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6.- Paradoja de la productividad: se ha desvanecido la esperanza de que la rápida adopción de servicios digitales durante la pandemia pondría fin al largo descenso del crecimiento de la productividad global. El aumento repentino de 2020 se limitó a EEUU y disminuyó a fines del año pasado. Hasta ahora, la evidencia sugiere que el personal que trabaja desde casa trabaja más horas con menor producción. Persiste la paradoja de la baja productividad a pesar de la aceleración del cambio tecnológico.

7.- Localización de datos: el virus golpeó un mundo que se volvía más introspectivo, con flujos decrecientes de todo (comercio, dinero, personas) excepto los datos. Es probable que el tráfico de Internet en 2022 supere todo el tráfico hasta 2016, con un giro. Desafiando las esperanzas de que Internet evolucione más allá del control del gobierno, las autoridades están bloqueando el cruce de fronteras de datos. Las regulaciones más restrictivas están surgiendo en países emergentes liderados por China, Arabia Saudita e India.

8.- Las burbujas se desinflan: si bien esta se ha llamado la era de la "burbuja de todo", algunos activos muestran signos de burbuja clásicos, desde precios que se duplican en un período de 12 meses hasta operaciones maníacas. Estas "burbujas" se apoderan de las criptomonedas, la energía limpia, las empresas de tecnología que todavía no logran ganancias y las Empresas de Adquisición de Propósito Especial (SPAC, sigla en inglés). Durante el año pasado, todas fueron testigos de caídas de 35% o más desde su peak, una línea más allá de la cual las burbujas rara vez se recuperan. Un lado positivo: las burbujas tecnológicas como estas a menudo dejan atrás algunos supervivientes potencialmente gigantes.

9.- Enfriamiento minorista: los inversionistas minoristas se apresuraron hacia el decimotercer año del mercado alcista mundial y las llegadas tardías a menudo indican que la fiesta está terminando. Desde EEUU hasta Europa, millones de personas abrieron cuentas comerciales por primera vez y muchos pidieron prestado dinero para comprar acciones a un ritmo frenético. Tales manías rara vez duran, lo que sugiere que incluso si el mercado de valores en su conjunto no está en riesgo, es probable que los nombres más populares entre los inversionistas del retail lo estén.

10.- Asuntos físicos: el aumento de la exageración para el metaverso parecía significar un declive para la economía física, pero los precios dicen lo contrario. Los nativos digitales también necesitan refugio físico. La demanda de los millennials y de la Generación Z ayudó a inflar los mercados inmobiliarios en 2021. La tecnología del futuro no hace que los recursos físicos sean obsoletos. Los autos eléctricos consumen mucho más cobre que los de bencina. Detrás de cada avatar hay un ser humano, y la escasez de mano de obra está elevando los salarios incluso en los trabajos más amenazados por la automatización, como la conducción de camiones. Los réquiems por lo tangible son prematuros.

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